El objetivo es sencillo, suprimir la quimioterapia o en su
defecto lo máximo posible. Los laboratorios y centros de investigación trabajan
para intentar conseguir nuevos medicamentos que aumenten la supervivencia y que
no sean tan agresivos como lo es la quimioterapia. La quimioterapia, pese a que
es un gran tratamiento tiene multitud de efectos secundarios y merman la
calidad de vida de los pacientes de un modo u otro, entre los efectos no
deseados más habituales se encuentran la falta de apetito, inflamación de la
boca, alteración del gusto de los alimentos, náuseas prolongadas, vómitos y
diarreas pueden tener un efecto muy negativo importante en la nutrición y en el
estado general del paciente, además este tratamiento provoca mucha debilidad y
pérdida de peso por lo que los pacientes a menudo se encuentran cansados y
fatigados.
Por todo lo que hemos comentado anteriormente, se necesitan
nuevas vías de tratamiento enfocadas a suprimir los que utilizamos generalmente
y que son de carácter agresivo con la
finalidad de intentar mejorar la calidad de vida. Hoy en día se están avanzando
tratamientos basados en la inmunoterapia, estes consisten en crear fármacos que
aprovechan las células del propio cuerpo para combatir las células cancerosas.
También se están desarrollando fármacos antineoplásicos dirigidos, estes se
están estudiando en el cáncer de pulmón, y muchos estudios muestran que
comienzan a dar ya mejores resultados que la quimioterapia convencional.
Un ejemplo de fármacos dirigidos es Afatinib, que se usa
para tratar algunos tipos de cáncer de pulmón de células no pequeñas que se ha
esparcido a los tejidos cercanos o a otras partes del cuerpo. Afatinib
pertenece a una clase de medicamentos llamados inhibidores de las quinasas.
Funciona al bloquear la acción de una sustancia natural que se necesita para
ayudar a que las células de cáncer se multipliquen. La Asociación Americana de
Oncología Médica (ASCO), declaró que puede estar llamado a sustituir a la
quimioterapia en las primeras fases de tratamiento.
Los estudios realizados son muy optimistas y apuntan a que
se seguirá mejorando con el paso de los años, además también se demostró que el
tratamiento es eficaz y da buenos resultados como tratamiento de segunda línea
combinado con quimioterapia.
Lo que se intenta alcanzar con estas nuevas terapias es
mejorar la calidad de vida significativamente, además de mejorar enormemente el
tiempo sin progresión de la enfermedad.
Finalmente, se concluye que los nuevos antineoplásicos ofrecen menores efectos
secundarios y la supervivencia puede duplicarse con los fármacos innovadores.
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