domingo, 9 de noviembre de 2014

BIOLOGÍA MOLECULAR DEL CÁNCER



En esta entrada voy a tratar los principales aspectos moleculares en la formación de un cáncer. El término cáncer se aplica a un grupo de enfermedades en las que las células crecen anómalamente y forman un tumor maligno. Las células malignas pueden invadir los tejidos cercanos y metastatizar, que es la capacidad de las células para viajar a otros lugares del cuerpo, donde establecen áreas secundarias de crecimiento. Este patrón aberrante de crecimiento es consecuencia de mutaciones de los genes que regulan la proliferación, la diferenciación y la supervivencia de las células en un organismo multicelular. Debido a estos cambios genéticos, las células cancerosas ya no responden a las señales que gobiernan el crecimiento de las células normales.

"FORMACIÓN DE UN CÁNCER"
Los genes implicados en la producción del cáncer se clasifican en oncogenes y genes supresores de tumores. Los oncogenes son derivados mutados de genes normales (protooncogenes), cuya función es promover la proliferación o la supervivencia celular. Estos genes pueden codificar factores de crecimiento, receptores de factores de crecimiento, proteínas de transducción de señales, quinasas intracelulares y factores de transcripción. El proceso de transformación en una célula maligna puede comenzar con una mutación de ganancia de función en una única copia de un protooncogén. Al proliferar la célula mutada, pueden producirse otras mutaciones. Los genes supresores de tumores, que son los genes supresores del crecimiento normal, codifican proteínas que inhiben la proliferación, promueven la muerte celular o reparan el ADN; ambos alelos del dicho gen necesitan inactivarse para la transformación, lo que cursa con una pérdida de función. Los genes supresores del crecimiento se han denominado guardianes de la célula, el ejemplo más claro, de este tipo de genes es el P-53 que es denominado el guardián del genoma.

El crecimiento normal de la célula depende de la regulación equilibrada de la progresión del ciclo celular y de la apoptosis (muerte celular programada) por protooncogenes y genes supresores de tumores. En los puntos de control del ciclo celular los productos de los genes supresores de tumores enlentecen el crecimiento en respuesta a señales del entorno de la célula, incluyendo los factores externos de inhibición de la proliferación o para dar tiempo para reparar el ADN dañado o en respuesta a otras circunstancias adversas de las células. De otra forma, las células con el ADN dañado son dianas de la apoptosis de forma que ya no proliferarán. Muchas rutas que estimulan la proliferación que implican a protooncogenes, y los controles de inhibición del crecimiento que implican diversos genes supresores de tumores, convergen para regular la actividad de algunas proteínas quinasas clave, estas son, las quinasas dependientes de ciclina. Estas quinasas controlan la progresión en puntos específicos del ciclo de proliferación celular. La apoptosis se inicia por activación del receptor de muerte o por señales intracelulares que conducen a la liberación de la proteína mitocondrial citocromo c.

Las mutaciones del ADN que dan lugar al cáncer pueden ser hereditarias o producidas por cancerígenos químicos, radiación, virus y por errores de replicación que no son reparados. Una población celular debe acumular muchas mutaciones para transformarse en células malignas.

FUENTES:

  • Nelson David L, Michael M Cox; “Lehninger: Principles of Biochemistry”; 5ªed, Ed. Omega Medici (2009).
  • Smith C, Marks AD, Lieberman M; “Bioquímica Básica de Marks: un enfoque clínico, biología molecular del cáncer”; 2ªed, Ed. Macgraw-Hill (2005).

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